1. Donald Trump. Dominancia con matices de teatralidad-
Aunque Trump proyectó seguridad y liderazgo, hay aspectos críticos en su comunicación:
1.1. Exceso de gesticulación y teatralidad:
Sus movimientos de manos amplios y su tendencia a interrumpir o terminar las frases de otros son recursos típicos de su estilo, que pueden ser interpretados no solo como dominio, sino como una necesidad constante de reafirmar su autoridad, incluso en situaciones donde no es necesario. En psicología, esto puede reflejar cierta inseguridad subyacente o intolerancia al vacío de poder.
1.2. Sonrisas forzadas y microexpresiones tensas:
En varios momentos, especialmente cuando Bukele marcaba diferencias o matices, Trump mostró sonrisas que no involucraban los músculos orbiculares de los ojos, lo que suele indicar una sonrisa social, no genuina. Además, sus microgestos de apretar la mandíbula denotaron cierto nivel de contención emocional o impaciencia.
2. Nayib Bukele. Confianza calculada y sutil autodefensa.
Aunque Bukele manejó bien su lenguaje corporal, también se percibieron detalles que revelan cierta hipervigilancia:
2.1. Gestos contenidos en exceso:
Sus manos en ocasiones estuvieron rígidas, descansando sobre sus piernas o entrelazadas, lo que puede indicar que estaba regulando sus emociones o cuidando mucho sus palabras, probablemente para evitar generar roce con Trump. Desde la psicología, esto se interpreta como un mecanismo de autocontrol frente a una figura dominante.
2.2. Sonrisa política:
Bukele usó la sonrisa como herramienta diplomática, pero en algunos momentos se notaba forzada, especialmente cuando Trump monopolizaba la conversación o interrumpía sus respuestas. Esto es clásico en contextos de asimetría de poder: se suaviza el lenguaje corporal para evitar confrontaciones, sin dejar de intentar mantener dignidad.
3. Dinámica Interpersonal. Más forma que fondo.
Aunque a nivel superficial la conversación fluyó de manera cordial:
3.1. Turnos de habla asimétricos:
Trump tendió a monopolizar las intervenciones, incluso cortando o ampliando sus respuestas más allá de lo consultado. Bukele respondió de manera breve y calculada, posiblemente para no desafiar al anfitrión. Esta asimetría es típica de relaciones donde un participante posee mayor poder simbólico.
3.1. Dominio espacial:
Trump ocupaba más espacio físico —al gesticular y al posicionar su cuerpo— mientras que Bukele mantenía una postura más “replegada.” Esto podría simbolizar una posición defensiva o adaptativa ante un interlocutor con una presencia física y simbólica más invasiva.
Conclusión General
Aunque la entrevista proyectó una imagen de respeto mutuo y diplomacia, desde la psicología del lenguaje no verbal es posible leer matices:
Trump mostró seguridad, pero también síntomas de ansiedad por controlar la narrativa.
Bukele proyectó serenidad, pero también señales de adaptación para evitar roces con una figura de poder más tradicional y dominante.
En definitiva, ambos líderes hicieron uso de sus estilos para reforzar sus imágenes públicas -Trump como el "negociador alfa" y Bukele como el "líder joven pragmático"- aunque las tensiones subyacentes se notaron en los pequeños detalles.
Consulta a ChatGPT. Revisado, ordenado, negrillas y subrayados por EH. 04/15/2025
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